Economía y política circunscriben el espacio individual
Nadie me dijo que habría días así,
que pensamientos-planetas
de las estrellas-palabras
me dejarían, huirían
hacia rendijas oscuras,
que no sabría dibujar
tribulaciones del hambre,
la disonancia
de la carencia,
desesperanza
de no soñar.
Nadie me dijo que habría días así.
Busco esconderme en el odio,
pero no puedo. Se iría
muy lejos el Gran Espíritu:
ese que al Norte del continente
en un día iridiscente
decidió acompañarme.
Busco y no encuentro puñales,
balas, en el arsenal
de la razón. No consigo
armas para defenderme.
Nadie me dijo que habría días así.
Y esto me recuerda tiempos cuando
patadas sobre la puerta y gritos
de madrugada nos despertaban:
—¡La Policía Municipal!
Hoy no nos deja soñar
la atroz imbecilidad
de ladrones gobernando,
o queriendo gobernar,
la codicia, lo político
ahogando lo personal.
Nadie me dijo que habría días así.
que pensamientos-planetas
de las estrellas-palabras
me dejarían, huirían
hacia rendijas oscuras,
que no sabría dibujar
tribulaciones del hambre,
la disonancia
de la carencia,
desesperanza
de no soñar.
Nadie me dijo que habría días así.
Busco esconderme en el odio,
pero no puedo. Se iría
muy lejos el Gran Espíritu:
ese que al Norte del continente
en un día iridiscente
decidió acompañarme.
Busco y no encuentro puñales,
balas, en el arsenal
de la razón. No consigo
armas para defenderme.
Nadie me dijo que habría días así.
Y esto me recuerda tiempos cuando
patadas sobre la puerta y gritos
de madrugada nos despertaban:
—¡La Policía Municipal!
Hoy no nos deja soñar
la atroz imbecilidad
de ladrones gobernando,
o queriendo gobernar,
la codicia, lo político
ahogando lo personal.
Nadie me dijo que habría días así.